Se dice que Confucio leyó el "I Ching", pero Confucio no siguió el camino de la adivinación. Esto no significa que Confucio necesariamente niegue que la vida tenga un destino, sino que si la vida tiene un destino y este puede ser calculado, ¿prefieres seguir el destino calculado o no seguirlo?

Al final, podemos concluir la "teoría de la inutilidad de la adivinación", porque si acierta, ya debías hacerlo de esa manera, ¿por qué adivinar? Si no acierta, has desperdiciado esfuerzo y dinero en vano. La adivinación solo tiene dos posibilidades: acertar o no acertar. Ahora, si acierta no tiene utilidad, y si no acierta tiene menos utilidad, ¿por qué adivinar entonces? Si hay una profunda reflexión sobre la vida, solo queda un último camino: ser fiel a uno mismo y hacer lo correcto. En cada momento, haz lo que debes hacer, y así la vida no tendrá inquietud ni temor. No es necesario que adivines; en todo momento sigue el camino del caballero, que sin duda traerá buenas noticias, mientras que seguir el camino del villano siempre traerá desgracias. Una persona puede adivinar su propio destino en cualquier momento, y eso es la adivinación más precisa y confiable.
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